Las técnicas de aprendizaje han cambiado en respuesta a las nuevas investigaciones e ideologías educativas. De todos estos estudios hay que rescatar el Método Montessori que se usa en algunas escuelas y se refuerza en hogares como modalidad pedagógica alternativa.
Sin embargo, este método no es nuevo. Fue ideado por la pedagoga y médico italiana María Montessori a principios del siglo XX y se publicó exactamente en 1912.
Este sistema educativo se centra en ayudar a la formación académica y al desarrollo del yo psicológico (o identidad propia) y social (relaciones con los demás) de los niños.
Aún hoy, el Método Montessori ha mostrado ser uno de los mejores para la educación. Abarca varias etapas que se inician al momento del nacimiento y culminan en la edad adulta biológica de los niños, es decir, a los 18 años.
En el aula Montessori no hay niveles como en la educación formal, sino que agrupa a niños de 0 a 3 años, de 4 a 6 años, de 7 a 12 años y 13 a 18 años.
Por supuesto que la guardería Montessori aplica para los dos primeros grupos y acoge a bebés de pocos meses (se recomienda que hasta el tercero estén con su madre) hasta niños de 6 años.
Estas guarderías, siguen la filosofía pedagógica de la doctora Montessori y han resultado muy ventajosas, ya que los niños aprenden a su propio ritmo y con las pautas de la naturaleza conforme van creciendo.
Animar a los pequeños a explorar y dejar que desarrollen sus potencialidades e identifiquen sus debilidades despertará el interés por superarse y les animará a cuidar y apreciar el aula y el aprendizaje como algo natural y no impuesto.
La motivación es otra cualidad que fomentan las guarderías Montessori, ya que hace que los niños se sientan orgullosos de su trabajo, pero si hay alguna falta o no logra determinado objetivo, tratarán de potenciar aquello en lo que tienen fallos.
Este círculo educativo de ensayo y error fomenta la independencia porque empiezan a resolver ciertas dificultades y disputas con los compañeritos por sí solos. Sin embargo, es crucial apoyarles a lo largo de estos procesos de acción y para eso están los monitores (maestros) que participan en todo el proceso.
La educación como proceso que estimula el método Montessori animará a los niños pequeños a seguir intentando lo que no puede hacer hasta conseguirlo, aunque sus esfuerzos iniciales fracasen y no se equiparen al resto de chicos.
Guardería Montessori en Almería: beneficios
Para funcionar correctamente y cumpliendo con el método, las guarderías Montessori deben practicar ciertas normas. En este tipo de entornos de aprendizaje no hay aulas o salones tradicionales con pupitres, mesas y sillas o pizarras.
Las áreas de trabajo se dividen en zonas donde los niños pueden sentirse relajados, cómodos y sin restricciones. Destacan por ser espacios abiertos y contar con áreas de juego, de trabajo y de descanso donde los niños pueden hacer labores solos o en grupos, donde escuchan las lecturas del monitor, juegan y exploran.
Deben estar dotados con muebles y material de trabajo acorde al tamaño de los pequeños y no de los adultos, porque su principal labor es fomentar el autoaprendizaje y hacerles sentir que el espacio es de ellos.
Por eso, los maestros y cuidadores dan al niño la libertad de elegir qué hacer en cada momento y a lo largo del día. De este modo, estarán protegidos de las restricciones tradicionales que conducen a la frustración por no lograr algo.
La libertad de elección es, por tanto, uno de los elementos que más apoyan las guarderías y colegios Montessori. En otras palabras, los instructores deben animar la independencia de movimiento y la elección de los niños de las actividades.
Estas decisiones permitirán que el pequeño pueda madurar sin traumas y reforzar su capacidad de introspección, corrección de errores y trabajo en equipo.
En este caso, siempre que un niño necesite ayuda, el tutor o monitor debe estar presente. Pero, no hay que forzar a los pequeños a hacer algo si el niño desean y deben darle la oportunidad de hacerlo o intentarlo más tarde, también pueden instruir, guiarlo o explicarle cómo debe realizar una determinada tarea.
Además, la guardería Montessori emplea recursos de primer orden para el proceso de enseñanza y todo esto que está de manera constante bajo la supervisión del docente.
¿Cuál es el precio de una guardería Montessori?
El intelecto del niño pequeño (sobre todo en sus primeros 6 años) está tan vacío como un cuaderno por estrenar. Tienen la capacidad de llenar cada página de ese cuaderno con conocimientos que obtienen mediante la observación y la autoconciencia del mundo que les rodea.
En las guarderías Montessori, el educador infantil o monitor coloca al niño en el punto de mira para que se convierta en el centro sobre el cual se construye el proceso de aprendizaje.
Cada niño se desarrolla y aprende de forma independiente, observando y captando todo lo que le rodea. El instructor o monitor actúa como un mentor para ayudarle en este proceso. Para ello, les proporciona todo lo que necesitan para seguir progresando. Pero, sin recompensarles, castigarles o compararles con los compañeritos.
Los cuatro principios fundamentales del enfoque educativo Montessori son los siguientes:
- Confianza
- Concentración
- Libertad
- Inteligencia
Los pequeños aprenderán habilidades como el habla, la interacción social, el movimiento y desarrollo motriz y la independencia. Todo esto en un entorno que fomenta la concentración y la seguridad en sí mismos.
Los precios de este tipo de guarderías, por ser de atención personalizada con cada pequeño, suelen ser mayores que otras, donde solo se concibe a los chicos como una masa de individuos iguales.
Para jornada completa puede alcanzar los 720 euros al mes y medio día, los 520. Aunque dependerá de cada institución.
Actividades Montessori en la guardería
En las guarderías Montessori se les enseñará a los pequeños que sus manos son sus principales herramientas. Asimismo, la imitación de la cotidianidad ayuda al aprendizaje y a forjar las relaciones humanas.
Cualquier cosa que incentive sus sentidos son recursos educativos. Algunas de las tareas que se cumplen con moldear figuras con plastilina, pintura o colores, cajas de arena y armar juegos de piezas para armar.