El método Montessori impactó en su momento (y aún lo hace) en la educación infantil tradicional. Aunque la mayoría de las escuelas se fundamentan en los sistemas de aprendizaje habituales de niveles para cada edad y programas de estudios para estos, los argumentos esgrimidos por la pedagoga y médico italiana María Montessori incentivan la educación individualizada.
En este método de aprendizaje los niños pequeños aprenden mejor a través de sus sentidos y de manera individualizada y libre. Es decir, cada pequeño se plantea su propio ritmo y elige las actividades que desea hacer.
Si bien la educación Montessori puede ser un poco más lenta en resultados, es la mejor porque no premia, ni castiga, ni compara a los niños con estándares pautados por los programas de estudio.
A la hora de enseñar música a los niños, el modelo del estudio Montessori se rige por el siguiente principio: la educación debe estar dirigida y enfocada a los niños y adolescentes, con el acompañamiento del docente o monitor, reciba el estímulo y la dirección para alcanzar y afianzar los conocimientos.
Esto responde a la pregunta sobre cómo enfocar el Método Montessori a la enseñanza de la música y lo hace de forma clara y concisa. La verdad es que saber qué conceptos, procedimientos, ideas y técnicas son importantes en un plan de estudios musicales es crucial para formular todo el programa académico.
Por eso, el Procedimiento Montessori para enseñar música se toma de la educación en la escuela y se incorpora al aprendizaje de la música en un plan de estudios que es libre, pero definido.
¿Cómo es el material musical Montessori?
Las visiones que tuvo María Montessori de cómo debía ser el proceso de aprendizaje en los niños la convencieron de que los pequeños considerados “lentos” no tenían problemas cognitivos ni para obtener conocimientos, sino que responden a un ritmo más personal ante los estímulos.
Para niños considerados desfavorecidos en este sentido y de entre tres y siete años, ella creó la Casa Dei Bambini (Casa de los Niños), donde puso en práctica el Método Montessori, el cual está centrado y basado únicamente en los peques.
Este método de aprendizaje-enseñanza apoya la idea de que todo niño tiene la capacidad de aprender y tener éxito en lo que se proponga, solo que esto sucede de manera individualizada y con potencialidades o debilidades que difieren de uno y otro.
Además, el método de estudio Montessori promueve el uso de materiales diversos en la educación. Los estudiantes deben participar en experiencias reales en lugar de imaginarlas o que se queden solo en la teoría.
Entonces, con esta proposición se puede comenzar a hablar sobre cómo la música encaja en el entrenamiento creado por Montessori.
Bajo esta premisa, se toma en cuenta más al niño y su evolución y menos al plan de estudios. Esto no significa que no haya un protocolo para aprender música, sino que este programa de estudio hace énfasis en cómo cada niño responde a los estímulos.
Ahora bien, la enseñanza de la música es perfecta para el deseo innato de los bebés de moverse. Desde muy pequeños, los niños responden a ella y bailan y retuercen tratando de seguir el ritmo.
La música es una parte genuina y rutinaria de la vida diaria y es una forma fantástica de enseñar a los niños pequeños una variedad de materias académicas ligadas a ella. Estos pueden aprender no solo teoría y práctica musical, sino ampliar el lenguaje y sus habilidades lingüísticas a través de ella.
Dependiendo de la edad, también puede adquirir y refinar habilidades de movimiento y coordinación mano-ojo-cuerpo.
No importa la edad para comenzar a aprender música con el Método Montessori. De hecho, desde la guardería y con simple canto y repetición de canciones o melodías para bailar, ya se afina el oído y la capacidad de atención del cerebro en los bebés y niños muy pequeños.
¿Cómo es el proceso Montessori de educación musical?
De acuerdo con la filosofía Montessori, se aconseja comenzar con una frase sencilla de interpretar y utilizar repetidamente. Se trata de cantar y seguir con campanas, panderetas o sonajeros el ritmo. El trabajo de diferenciar los tonos de la escala musical que procede con la gradación.
Los silencios también cobran importancia, pues el objetivo principal de esta lección (quedarse en completo silencio y quietud) da a los alumnos el mayor control sobre su propio cuerpo mediante la inhibición de los movimientos.
Asimismo, permite que cada niño contribuya al esfuerzo de sus compañeros, y, con el tiempo, mejora su capacidad para asimilar la alternancia entre sonido y las pausas que implica la secuencia musical.
Cuando los niños empiezan a mostrar interés y gustos por la conexión existente entre el lenguaje musical y la escritura, lo cual se da en los primeros años de primaria, se comienza la enseñanza musical con la discriminación del tono.
Esto se puede comenzar entre los 3 y 6 años. Antes de esto, se ha cumplido con el conocimiento, repetición, cantos y juegos de diversas melodías con letras sencillas. Tras esto, ya a partir de los 7 años, puede añadirse semitonos e introducir a los niños en la notación musical.
En el primer ciclo de primaria (entre los 7 y 9 años), los niños empiezan a aprender a respirar mientras habla y canta, a oír, a emitir (e imitar) sonidos y expresarse musicalmente. También empiezan a aprender a interpretar con una voz y un instrumento de manera simultánea, lo cual pueden hacer solos o en grupo.
El trabajo con los tonos musicales se amplía más tarde (entre los 9 y los 12 años), cuando se ponen de manifiesto la iniciativa e inventiva y se fomenta la variedad, la improvisación y se favorece la comprensión y apreciación de obras de diversos estilos.
Ahora bien, en todos los niveles (desde que se inicia con cantos imitativos hasta que el niño puede aprender a tocar un instrumento), es esencial que la zona destinada a la enseñanza, la disposición de los materiales y los instrumentos musicales cumpla las mismas normas de preparación del entorno del Método Montessori.
Es decir, que sea atractiva, esté diseñada a medida de los niños con muebles a escala, que se encuentre bien organizada y sea accesible para todos los niños por igual